El proyecto de hoy no deja indiferente a nadie. Se trata de
un edificio con más de 100 años en Rotterdam, en el cual destaca el diseño actual de la fachada.
La intención era conservar el aspecto del antiguo edificio, para ello se ha pintó toda la fachada principal en aceite negro brillante, incluidos los vidrios de las ventanas, y, sobre esta base uniforme,
se abrieron nuevos huecos donde se ubicaron puerta y ventanas, enmarcadas con chapas de acero inoxidable que sobresalen de la fachada.
Esta trasposición de huecos antiguos y actuales se debe a la nueva distribución del interior, modificado por completo, reflejada en el diseño exterior.
Resulta muy original la intervención en la fachada lateral, cubierta al completo con césped artificial.
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La idea principal al plantear el interior era intentar conservar la esencia de la edificación original y lograr continuidad visual de los distintos espacios, conseguido mediante grandes huecos en los forjados y prescindiendo de tabiquería y puertas.
Muros antiguos originales de ladrillo y grandes huecos entre las distintas plantas se convierten en los puntos fuertes del diseño interior.
Proyecto de interiorismo a cargo de
Studio Rolf.FR, la fachada se realizó en colaboración con
Zecc Architecten.
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Diario Design |
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El pequeño secreto de este edificio: un patio en la parte posterior.
Ya avisé que este proyecto no dejaría indiferene a nadie.
Que curiosa!!besos
ResponderEliminarVaya, la verdad es que la perspectiva de la nueva fachada junto a las colindantes impacta bastante. Parece sacada de otro universo. Es interesante el tratamiento de la fachada, parece como si hubieran invadido la vivienda desde dentro y hubiera una explosión que saca los nuevos materiales fuera. Lo del césped no lo entiendo mucho no sé si será un tema energético. Y el interior es super agresivo. No en el mal sentido sino que es una arquitectura dura.
ResponderEliminarUn proyecto interesante. ¡Gracias por compartirlo! Saludos.