Pequeños patios.

Con cuatro detalles se puede lograr un espacio acogedor y con todo lo necesario para disfrutar durante todo el año (está bien tener una manta a mano por si acaso).
Los cuatro detalles son a elección personal, según gustos. En mi caso son candelabros grandes y pequeños, tumbona y demás asientos, mesa plegable, banderines y pintura de un par de colores.
¡Y qué no falten las plantas! ¿Qué sentido tendría querer disfrutar del exterior sin ellas?
En una casa de dimensiones y personas reales, hay que dar gracias si tenemos un pedacito exterior; no me voy a entusiasmar con patios fabulosos (todos sabemos que existen...alguien vivirá en ellos) y quiero centrarme un poco en patios de dimensiones más bien justas.
Lógicamente, y aunque no soy fan de este tipo de distribuciones, si colocamos asientos y macetones contra la pared ganamos espacio permitiendo una circulación fluida. Perfecto si los muebles son plegables o apilables para guardarlos cuando no se están utilizando, más espacio libre para otra actividad.

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La pintura sieeeeeeempre es una gran aliada: ayuda a transformar cualquier lugar rápidamente y de forma económica. Si escogemos tonos claros para paredes y puertas, debemos dar un toque de color en accesorios y viceversa.
¡Un bravo desde aquí para quien se atreva con colores fuertes en ambos!
Importante también en verano procurar un lugar con sombra; las creadas mediante rollos de cañizo me parecen perfectas, aunque si se pueden crear mediante, por ejemplo, un emparrado natural... para quedarse sin palabras.

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